Construida en el siglo XII, la iglesia de Tréhorenteuc tiene por patrona a Santa Onenne. Hija del rey Judicael, rechazó su herencia real y decidió vivir en Tréhorenteuc. Su figura entraña leyendas fantásticas: se dice que recibió el beso de la Virgen a la que habría ofrecido rosas… ¡Santa Onenne incluso sería enterrada bajo la iglesia!
En 1942, el abad Gillard fue nombrado rector de Tréhorenteuc, un pequeño pueblo aislado. Los habitantes se alejaron de la fe y la iglesia cayó en la ruina… ¡Qué triste suceso para el abad! Pero era un personaje curioso: ¡estaba convencido de que todas las religiones compartían la misma fe! Y cuando descubrió el poder de las leyendas en Brocelianda, decidió transformar su iglesia para poner de relieve el evangelio a través del mito del Grial…
Durante 12 años el abad consiguió financiar la restauración de su iglesia. Año tras año, la iglesia fue tomando la forma que hoy conocemos gracias al apoyo de los parroquianos y otros colectivos. Perdió su aspecto polvoriento para reencontrarse con un escenario legendario, donde la fe y los mitos se unen…
Se puede admirar la gran vidriera del coro y buscar los símbolos legendarios.
Tras varias semanas en las manos expertas de los restauradores, dos tallas de la iglesia ya han encontrado su lugar.. La primera es la talla de Nuestra Señora del Rosario que data del siglo XVIII y que ha sido limpiada y restaurada. La segunda data del siglo XV y es la talla de San Juan Bautista. Ha sido objeto de un análisis que debería haber continuado con su restauración.
Al entrar en la iglesia, se puede admirar el mosaico del Ciervo Blanco realizado por los tallares Odorico. Lleno de simbología, este mosaico no solo evoca la religión cristiana a través de sus personajes… La aureola del ciervo representa a Cristo y los cuatro leones a los cuatro evangelios. ¡Pero eso no es todo! Encontramos estos elementos en un episodio de la famosa Quête du Graal (Búsqueda del Grial)… Bajo la majestuosa mirada del ciervo, ¿te atreves a ir en busca de este misterioso objeto?
Antes de que te vayas, recuerda elevar la mirada. Sobre el pórtico encontrarás una misteriosa frase: «La porte est en dedans» (La puerta está en el interior)… ¿Una invitación a descubrir el otro mundo?